La fotografía utilizada en publicidad es distinta de los demás géneros fotográficos en muchos aspectos. Su utilidad le exige que se adapte a los intereses comerciales que tienen como objetivo el aumento de las ventas o servicios. Si el anunciante consigue aumentar el número de ventas es cuando se valora positivamente la capacidad publicitaria de la fotografía. La fotografía publicitaria, por otro lado, no está comprometida con la realidad como, por ejemplo, la fotografía de prensa. Es decir, la fotografía publicitaria muchas veces se inspira en la realidad pero lo que nos representa por medio de sus imágenes es una realidad construida.
A diferencia de otros tipos de fotografía, donde el fotógrafo tiene que estar alerta para obtener la imagen, la fotografía publicitaria construye la escenografía igual que en el cine, y el fotógrafo se limita a captar la escena valiéndose de las técnicas de iluminación y demás métodos. En el caso de que el fotógrafo no obtenga la imagen diseñada en el primer disparo tendrá más oportunidades, tantas como sean necesarias.
A diferencia de otros tipos de fotografía, donde el fotógrafo tiene que estar alerta para obtener la imagen, la fotografía publicitaria construye la escenografía igual que en el cine, y el fotógrafo se limita a captar la escena valiéndose de las técnicas de iluminación y demás métodos. En el caso de que el fotógrafo no obtenga la imagen diseñada en el primer disparo tendrá más oportunidades, tantas como sean necesarias.
Esta forma de construir las imágenes, le dota de una libertad abierta y totalmente en manos del fotógrafo con tal de que la imagen sea la idónea para el éxito de la campaña publicitaria. El término manipulación no resulta peyorativo al referirse a este tipo de fotografías porque los receptores saben diferenciar entre una fotografía de prensa y una publicitaria, el fotógrafo sólo tiene un límite: la imaginación. Puede recurrir a todo tipo de técnicas y trucos a diferencia de los reporteros gráficos de prensa, que pueden ser acusados de manipuladores.
En relación con la fotografía artística, la fotografía publicitaria sí está más comprometida por lo que decíamos anteriormente. La fotografía artística puede estar justificada tan sólo por la creatividad. Basta con que una fotografía reciba la denominación de artística para que sea observada como tal, no exigiéndole ninguna responsabilidad más allá de su propia justificación como obra de arte. En la fotografía publicitaria la justificación está en la funcionalidad de la imagen, en el éxito de la campaña, en que cumpla su objetivo real, pero no por ello dejan de tener cualidades artísticas.
Autor: Sandra Fernández Martínez
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